"Todo estaba oscuro. Abrí los ojos e intenté mover las manos un poco, pero no pude. Estaba encerrada en algún extraño lugar, sin poder moverme. Me sentía dentro de una caja muy estrecha.
Intenté salir, romper aquella prisión, sin éxito. Hasta que cabreada y angustiada empezé a dar cabezazos. Entonces oí un "crac" y vi cómo los rayos del sol iluminaban mi cara. Molesta por la luz, intenté darme la vuelta, pero mis pies aún seguían dentro de aquella cosa y tropecé. Me llené la cara de ramitas que escupí enseguida, asqueada. A mi lado vi el tronco de un árbol y rodé hasta él, dándome para romper aquello que me retenía. Al fin lo conseguí. ¡¡POR FIN, JODER!!
Extasiada brinqué de alegría, hasta que vi que había estado dentro de un huevo.
Me llevé una mano a la cabeza, pensativa, y me di cuenta de que la sentía más suave de lo normal, así que me las miré. Eran negras. Y tenían... plumas. Me toqué la boca, o mejor dicho, pico. Oh my God! ¿Qué coño me pasa?
Los pajaros vuelan e intenté hacerlo. Como recompensa me caí del nido y me di una hostia que no te imaginas. Pero no desistí (nunca lo hago... casi nunca...) y andé hacia una roca que había junto a mí. Me tumbé, dolida por el golpe. Me volví a mirar las manos. ¿Qué me había ocurrido?
Miré el lugar en el que me encontraba. Era una especie de parque, vallado y de aspecto lúgubre. Al fondo había una caseta que seguía en pie a duras penas. Aparte del árbol del que caí, no había ningún otro arbol. Imaginé que estaría situado en un cerro. Entonces fué cuando me fijé en las lápidas. ¡Un cementerio!
Me levanté de la "roca" y busqué una salida. Sin embargo, por curiosidad, leí el nombre del hombre enterrado bajo la lápida:
Original Burial Place of
Edgar Allan Poe
...
Entonces sentí una presencia detrás de mí. Y lo vi.
-¡¡¡¡Coñaaaa un fantasmaa!!!!
-Shh, haces mucho ruido...
-¡¡¡AAAAAAH...!!!
El fantasma puso los ojos en blanco, y acto seguido un trozo de esparadrapo de materializó en el aire. El esparadrapo sobrevoló el espacio que había entre el fantasma y yo y me tapó la boca. El fantasma carraspeó.
-Por la expresión de tu cara al leer las palabras que reposan impresas en mi tumba, supongo que sabes quién soy.
Asentí despacio.
-En ese caso no me andaré con presentaciones. Sé quién eres, y puedo explicarte el por qué pareces un cuervo. Sí, por si no te habías dado cuenta eres un cuervo, no un vulgar pájaro negro cualquiera.
El esparadrapo se separó de mí.
-Ya sabía que era un cuervo - mentí -. ¿Qué me ha pasado?
Poe me mostró una pluma de escribir.
-Esta fué la pluma con la que escribí toda mi bibliografía. Una pluma de cuervo. A simple vista es una pluma normal y corriente... pero la verdad, pienso que es la materialización de la inspiración y la magia mismas, pues es capaz de escribir relatos extraordinarios... y hacer cosas extraordinarias.
-¿Como qué?
-Por ejemplo, puedes escribir el deseo más grande que has tenido... y al día siguiente hacerse realidad. Sin embargo, algo tan maravilloso como ésto puede llegar a ser muy peligroso, si la usan las manos equivocadas.
-Vale. ¿Y yo qué pinto en ésto?
-Decidí pedirte ayuda a ti para que me ayudes a buscar el paradero de la pluma y llevarla a un lugar seguro. ¿Por qué tú? Sencilla es la respuesta: Puedes entrar en la mente de los cuervos... y actuar en vez de ellos. Como estás haciendo ahora mismo. A su vez ellos te proporcionan información muy valiosa. Por ello te elegí. Ese poder nos será de gran utilidad. El tiempo corre... Me temo que, por ahora, no puedo hablarte de nada más. Será mejor que vuelvas a tu casa. Una última cosa: ¿Por qué no comienzas a buscar en mi casa...?"
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